jueves, 25 de septiembre de 2014

1812; LA BATALLA DE CÁRTAMA.

         Comienza el año con la certeza de que Ballesteros planea atacar Málaga a través del valle del Guadalhorce, lo cual aumenta la presencia de tropas francesas en nuestra comarca. Los caminos son un  ir y venir se arrieros, ganaderos, comerciantes y campesinos, entre los que con frecuencia hay quien lleva o trae información a Málaga o de la ciudad al interior, sobre los movimientos de tropas; pero también abundan quienes intoxican al invasor con informaciones falsas, en unas ocasiones tan solo para cobrar una pequeña recompensa, pero en otras eran informaciones bien estudiadas que pretendía distraer al enemigo, cansar sus tropas y crear desconcierto entre los mandos.
         20 de enero. – El General Maransin comunica al Comandante Thyrel de Alhaurin, que Álora será castigada con 200 pares de zapatos y 20.000 reales, por el retraso en el pago de la contribución y por permitir que algunos vecinos se alistasen en el ejército español. Informa además, que Cártama se encuentra en el mismo caso, y deberá asimilar un castigo similar.
         22 de enero. – El desprecio de los franceses por las tropas españolas comienzan a convertirse en temor; y como ejemplo sirvan las medidas que tomó el general Leval cuando supo que Ballesteros había salido de Algeciras en reconocimiento hacia Estepona con sólo 130 hombres.
         1º ― Orden al general Rey de concentrar en Alhaurin dos batallones del 43º, y todos los destacamentos del 4º cuerpo que se encuentren en la provincia.
         2º ― Orden al general Maransin de proteger Málaga con todas las tropas de que disponga (700 hombres en total). Esto, a pesar de estar convaleciente de un balazo en el pecho.
         3º ― Orden al 43º destacamento de línea y 7º polaco de ir a Mijas y permanecer allí.
         4º ― Orden al comandante del castillo de Teba de evacuar este puesto por estas insuficientemente fortificado.
         Ballesteros por su parte, que era consciente de la falta de formación militar de buena parte de su ejército, orientó su estrategia en una serie de avances y retrocesos por toda la provincia que provocaban tanto la fatiga como la división de la tropa francesa, con la continua incertidumbre de qué punto es más importante reforzar.
         2 de febrero. – Maransin dirige un cuerpo de tropa desde Antequera á Cártama; sin embargo, le llegan noticias de que Ballesteros merodea por la zona, y decide desviar la ruta, temiendo ser atacado a su paso por Álora ó al cruzar por el vado sobre el Río Guadalhorce, puntos donde los atacantes actuarían con ventaja.
         7 de febrero. – Numerosos informes hablan de los movimientos de las tropas de Ballesteros por las Sierras de Ojen, Monda, Yunquera y Coin; lo que hace sospechar a los franceses que planea alguna actuación en la zona y está valorando posibilidades.
         Con el General Rey, que se encuentra en Álora con una fuerza de entre 1200 y 1500 hombres, planea, en caso que aparezca por la zona, hacerle frente en la llanura de la vega, atacando por los flancos, para empujarle hacia Cártama, donde se reunirá con Maransin y sus hombres.
         9 de febrero. – El Mariscal Soult, escribe desde Sevilla al General Maransin, rechazando su propuesta de fortificar el castillo de Álora, alegando lo elevado de los costes. Propone como preferible fortificar el Convento de Alhaurin, a fin de ubicar en aquel lugar una columna móvil que asegure la comunicación con Marbella y que a la vez, pueda resistir allí un asedio. Todo ello siguiendo el proyecto y presupuesto presentado por el Capitán Chambaud, según el cual, aquella plaza será provista de un contingente de 300 hombres de infantería y 100 de caballería, cuyos gastos soportaran las villas de Alhaurin y Coín.
         11 de febrero. – A las 6 de la mañana, llegó al general Maransin un informe de toda fiabilidad que aseguraba que Ballesteros se encontraba en Yunquera con 5000 hombres.
         Con su estrategia de distracción, continuamente llegaba a Málaga información de los movimientos de los españoles, que creaba la confusión en el general Maransin, porque muchos de estos informes eran falsos.
         El General Maransin ordena al Capitán General Chambaud, que se encuentra en Álora; que este siempre dispuesto y perfectamente fortificado para resistir el avance enemigo, y en caso de tener que evacuar, se una a la columna de Alhaurin, pero pasando por Cártama. Y si tuviesen que retroceder, se dirija á Almogía, y de allí á Antequera ó Málaga, según las circunstancias del momento.
         12 de febrero. – Cien hombres protegen Alhaurin. Maransin parte hacia Cártama con 200 hombres, donde planea unirse a las fuerzas de Bellanger y contener al enemigo combatiéndole mientras llegan los refuerzos.
         13 de febrero. – Encontrándose ya en Cártama, recibe un correo del Coronel Legrand, que ha quedado como Comandante en Málaga, en el que se le informa que las tropas de Antequera han salido, aunque temerosos del acoso de las partidas de la sierra.
         Desde Cártama, Maransin informa al Mariscal Soult, que Álora ha sido atacada al atardecer de este día por una fuerza de entre 700 y 800 hombres. El Capitán Govarthy ha defendido la plaza con un destacamento polaco de 200 hombres. Los españoles, al percibir la llegada de las fuerzas de socorro mandadas por Ballanger, huyeron en dirección Casarabonela. Los polacos tuvieron tres muertos y dos heridos.
         Álora necesita de grandes arreglos para poder ser defendida, ya que ni hay alojamiento para la tropa, ni hay agua, ni hay parapetos para el tiroteo. Sin embargo Maransin considera que hacer volver a los polacos sería dejarlo en manos del enemigo.
         Los espías informan de la marcha de Ballesteros en dirección a Yunquera, solo discrepan en la cantidad de hombres que la componen, que varían entre 3000 y 5000 hombres.
         El destacamento de 100 hombres del 58º procedente de Antequera, trajo cartuchos para el destacamento de Álora, llegó á Alhaurin. Una hora antes de que llegasen á Álora, había partido a su encuentro un destacamento para enfrentarse en la travesía del Torcal a una cuadrilla de caballistas que acosaba a los franceses, a los que capturaron un caballo.
         Antes que acabase aquel día, Ballesteros había ocupado Coín, lo que obliga a la guarnición francesa de aquel pueblo a replegarse hacia Cártama, quedando tan solo en vanguardia y vigilante del los movimientos de los españoles un destacamento del 58º mandado por el Capitán Ricard.
         14 de febrero. – Un destacamento francés compuesto de 57 hombres de infantería y 50 caballos, sale para Cártama.
         15 de febrero. – Ballesteros marcha hacia Monda. El Regimiento Gran Duque de Varsovia sale de Antequera con previsión de llegar á Cártama durante la noche. Maransin sale de Málaga para encontrarse en Cártama con ellos y consolidar aquella posición, sin embargo, y a pesar de hacer muy buen día, se ve obligado á devolver á Málaga la artillería de campaña, debido al mal estado en que se encontraban los caballos. Los exploradores de vanguardia de la columna se vieron atacados por hombres a caballo de Ballesteros que huyeron en dirección a Coín. En los enfrentamientos capturo el ejército francés al enemigo un caballo con su equipo.

         16 de febrero. – A las seis de la mañana, las fuerzas de Ballesteros y Maransin estaban preparando sus formaciones para el ataque.
         La guarnición de Mijas, compuesta de 75 hombres del 58º, que el día anterior había llegado á Málaga, sale hoy para Cártama, escoltando una pieza de artillería de campaña y un obús.
         Los vestigios recogidos sobre el terreno nos muestran el actual cortijo de la Colonia como acuartelamiento y caballerizas francesas, ya que el actual edificio reúne tales condiciones y hasta hace muy poco tiempo se podía leer en su fachada “Año de 1792”, lo cual demuestra que ya existía durante la invasión francesa y en el entorno se han encontrado monedas y material de esta época.  
 
Cortijo de La Colonia.
         En minucioso estudio del Cerro del Cerrajón como fortificado y vigilante de los movimientos tanto del Valle del Guadalhorce como de Alhaurin el Grande y Coín, nos muestra sus dos fases de utilización; una en época francesa y otra durante la guerra civil en que es reparado y ampliado. Esta fase la estudiaremos en el capítulo correspondiente.
         Precisamente la llanura que se extiende ante este Cerro reúne las condiciones, tanto físicas como descritas por las fuentes literarias, para ser el lugar en que tuvo el encuentro entre las tropas españolas y francesas.
 
Trincheras de El Cerrajón.
         Maransin, que contaba con dos mil infantes y 400 caballos, colocó su escasa caballería a la derecha y dejó en la reserva parte de su infantería, dispuesto a resistir hasta que llegasen los refuerzos solicitados.
         Ballesteros, a la cabeza de sus hombres, hizo hasta tres cargas de fusil, cargó a la bayoneta en ataque simultaneo por los flancos y por el frente, causando a los franceses numerosas bajas, entre ellas, un general, el comandante Thyrel, el coronel del 9º de polacos y el Capitán de Granaderos Ducase.
         A las ocho de la mañana la batalla ya estaba decidida: los franceses no podían pasar a la ofensiva y los españoles no podían romper la línea enemiga. Fue entonces cuando haciendo un alarde de valor, Maransín se lanzó con la mitad de sus fuerzas a capturar los cañones españoles; pero en la refriega una bala impactó en las costillas del general francés que cayó del caballo. Este hecho frenó el ataque francés.
Propuesta de acuartelamiento francés dentro de la población. 
         El general debía ser evacuado inmediatamente a lugar seguro en que recibiese asistencia, y para ello, el más inmediato era el acuartelamiento de la calle del Viento en Cártama. Sin bajar de su montura y escoltado por sus hombres se dirigió a dicho lugar, pero al entrar en el pueblo fue recibido con hostilidad por los vecinos que le arrojaban lo que en esos momentos tenían en las manos, piedras, calzado o frutas. En estas condiciones y sin poder reaccionar por el dolor que le causaba la herida, ni siquiera bajó del caballo y continuó al galope por la calle del Viento, atravesó la plaza pública, y salió del pueblo por la Puerta de la Villa, situado entonces en la calle de Arriba.
 
Mapa de situación.   
                                   1.      – Puesto avanzado y atrincherado de El Cerrajón.
                                   2.      – Acuartelamiento francés del cortijo de La Colonia.
                                   3.      – Vía de fuga de Maransin.
                                   4.      – Dehesa Alta ó Vega de Santa María y Fahala.

         Los españoles salieron tras los franceses que huían, aunque dieron por finalizada la persecución en mitad de la vega, al tener noticias de la llegada de Rey y Berton con tropas de refuerzo. La tropa francesa fue reorganizada en el Puente del Rey, a las órdenes del Comandante Ballanger. En el informe expedido por Ballesteros en Yunquera el día 17 siguiente, afirma que llegaron a una legua de la ciudad de Málaga, pero se encontraron que venía a su encuentro el General Rey con 2500 infantes y 200 caballos que intento atacarle por el flanco, por la orografía del terreno entendemos que salió al encuentro de los españoles desde el río; pero no lo esperaron ya que sus fuerzas se encontraban dispersas y solo podían contar con 2000 infantes, ya que el resto habían sido destinados a puestos de observación en puntos estratégicos.
         El General Rey salió a la búsqueda de Ballesteros, llegando hasta Monda, sin llegar a entrar en combate con ellos, lo cual interpretó como una victoria propia. A su regreso reforzó Alhaurin el Grande y ocupó Coín con un destacamento de caballería; quedando de esta forma restablecido el cinturón defensivo francés.
         Los españoles habían causado 150 bajas al enemigo, entre las que se encontraban oficiales como Thyrel y el capitán de granaderos Ducasse; y capturado 120 prisioneros, siete de ellos oficiales. Los franceses habían causado 124 bajas y capturado 70 prisioneros; de estos, nos consta que el Regimiento de Cazadores de Lena sufrió 18 bajas, una de ellas el Capitán D. José Manuel Granados; siete heridos entre los que se encontraba el Teniente, graduado de Capitán D. Nicolás Solesio, un prisionero y diez desaparecidos.

         En los días siguientes a la batalla, Ballesteros se dedicó a ejecutar sus prisioneros a la vista de los franceses y pedir rescate por un General francés también prisionero suyo. En vista de esto, a un oficial español prisionero se le permite escribir una carta en la que se explica que como consecuencia de estos actos serán fusilados él y los demás prisioneros que le acompañan. Ballesteros responde a esta carta que “Siento mucho, de que la impericia hiciese a V. padecer la suerte de prisionero y sus compañeros”, y que comunique al General Maransín que de ser fusilado, hará él lo mismo con cuantos franceses están en su poder y con el General que tiene en venta, así como todos los franceses de Cádiz, la Isla de León y de los lugares bajo su mando. Que la pérdida de su vida será pagada con la de seis mil franceses que están bajo su poder.
         Como consecuencia de esta batalla, Don Francisco Ferraz y Cornel, que aquél día mandaba una División de Caballería y el Batallón de Cazadores de Lena, obtuvo por S.M. la Cruz Coronada Militar de San Fernando (reservada por reglamento á los Generales), por haber atacado y dispersado una unidad enemiga de más de trescientos caballos que se disponía á atacar a las fuerzas españolas.
                                                       
Gran Cruz Laureada y Coronada de San Fernando al mérito militar.
         A este Regimiento Cazadores de Lena perteneció también el Coronel D. Jaime Butler, que participó activamente en esta batalla, y fallecería antes de dos meses durante otro enfrentamiento con tropas francesas al entrar a la bayoneta a la villa de Álora. El General Ballesteros decretó que se le diese sepultura en un panteón de la iglesia parroquial de aquella villa con salvas y honores.

         17 de febrero. – Procedentes de Cártama, llegan á Málaga 86 prisioneros de guerra españoles, de los cuales 6 son oficiales, junto á 12 heridos franceses; escoltados por 150 hombres del 58º y 37 guías de la compañía de Vélez.
         Entre los muertos son reconocidos en Cártama un Teniente Coronel ayudante de campo de Ballesteros, el Capitán Comandante de Bomberos de su guardia y varios oficiales de infantería. Se calcula que en dos días habrán muerdo de sus heridas 11 prisioneros españoles y en Alhaurin 7 que no se encuentran prisioneros. Los prisioneros llevados a Málaga son enviados á Córdoba.
         El Corregidor de Cártama informa á Maransin de los nombres de los 124 muertos que quedaron sobre el campo de batalla; sin embargo, Maransín desconfía de este informe, ya que el Jefe de su estado Mayor, señor Bellanger, le había informado de que son algunos más.
         19 de febrero. – Procedentes de Alhaurin, llega á Málaga otro grupo de heridos escoltados por  20 hombres de infantería.
         24 de febrero. – Valdivia, desertor del Regimiento de la Reina que formaba parte de la tropa de Ballesteros que el 16 de encontraba en Cártama; se presenta al Comisario de Policía de Málaga.
         En marzo hace Ballesteros un llamamiento desde su cuartel general en San Roque, para que el alistamiento voluntario en el Regimiento de Húsares de Castilla en Yunquera.
 
Proclama de alistamiento.
         A pesar de este grave acontecimiento bélico, ningún vecino de Cártama sufrió el más leve perjuicio, lo cual se atribuyo a la protección de la Virgen de los Remedios; con lo cual a partir del año siguiente de 1813, en este mismo día 16 de febrero y en agradecimiento de ello, se baja a la patrona a la parroquia, donde se le dice una misa cantada, sermón y procesión por las calles del pueblo en acción de gracias por tan singular beneficio. Al año siguiente se acordó por el Cabildo municipal en pleno continuar con esta tradición para “dar a la posteridad una memoria que tan grata le es al vecindario”. Esta tradición que continuo durante algunos años se mantuvo gracias a la participación del vecindario, que en la víspera se encargaba de bajar a la patrona desde el santuario, para al día siguiente, día festivo, tras la misa procesionarla.




         Mientras todo esto ocurría, Cártama se hallaba desde diciembre del año 1811 sumida en el proceso de elección de la nueva Junta Municipal, que se había ejecutado con normalidad el 15 de diciembre, en la que resultaron elegidos:
                                                           Para Corregidor:
                                                Dn. Baltasar de Yegros.
                                                Dn. Francisco Serrano.
                                                            Para regidores:
                                                Dn. José Espinosa.
                                                Dn. Francisco Sánchez Díaz.
                                                Dn. Diego Marín.
                                                Dn. Bartolomé Mairena.
                                                Dn. Francisco Pérez.
         Pero al parecer el Ayuntamiento saliente estaba deseando abandonar sus cargos y el entrante no tenía el menor interés por ocupar los suyos, que les sometían a las leyes del invasor. Por eso buscaban todo tipo de pretextos para exonerarse; el procedimiento común y legal era solicitarlo con toda la documentación posible en la Prefectura de Málaga, y aceptarlo en Cártama.
                                                    

         El señor Prefecto Consejero del Estado en Málaga, Conde de Casa-Valencia, acepta y nombra para Corregidor a don Francisco Serrano y para Regidores a don José Espinosa y don Diego Marín, el 23 de diciembre de 1811.
         Don Francisco del Canto, que había sido regidor durante el año anterior y le pertenecía serlo también durante el de 1812, solicita el dos de enero se le exonere del cargo y se ponga en su lugar al siguiente que le toque serlo, resultando ser don Baltasar de Yegros, el cual no es posible localizar porque se encuentra ausente de la Villa.
         Don Diego Marín solicita ante el Jefe de División del Ministerio del Interior Prefecto en Comisión en Málaga, se le exonere del empleo de regidor en que ha sido electo, alegando que no sabe leer ni escribir, por lo que en su lugar es nombrado el 17 de enero, don Francisco Sánchez Díaz para que le sustituya.
         A don José Espinosa se le hizo entrega de la papeleta de citación para que asistiese a su nuevo nombramiento en su propia casa, el 1º de febrero por parte del aguacil municipal Cristóbal Doblado; sin embargo este señor se negó a recogerla rechazando el cargo municipal.
         A casa de don Francisco Serrano pasó personalmente el escribano local el dos de febrero para entregar la citación, no encontrando quien le abriese la puerta; seguidamente pasó a casa de don José Espinosa, encontrándose la misma situación; a continuación pasó a casa de don Francisco Sánchez, presbítero, y encontrándolo en ella le hizo saber de la citación para su nombramiento, a lo que este respondió que no se presentaba a la Junta porque no era ni regidor ni munícipe ni nada de ella, desafiando a que tomasen las medidas que considerasen oportunas y la de arresto si lo considerasen. De todo lo cual se informó al Sr. Prefecto de la Provincia solicitando las multas o medidas que considerasen necesarias para que los nombrados tomasen sus posesiones; lo cual denota que los entonces gobernantes de Cártama estaban deseando abandonar sus puestos.
         El Prefecto de Málaga responde el tres de febrero dando un plazo de tres días para que los nombrados tomasen posesión, y caso de no hacerlo se les imponga una multa de doscientos ducados a cada uno, y si continuasen negándose se proceda al embargo y venta de todos sus bienes por su desobediencia.
         Por fin acceden y el cinco de febrero se presentan para recibir sus nombramientos y relevar de los suyos a los anteriores, pero aun guardan algunas sorpresas para esquivar sus cargos; don José Espinosa presenta un  expediente que a la vez ha sido presentado ante el Sr. Prefecto de la provincia, para que se le releve de su empleo; don Francisco Serrano manifiesta estar dispuesto a tomar posesión de su cargo, en tanto este no le perjudique en nada, ya que lo hace solo para dar cumplimento a lo ordenado por el Sr. Prefecto, pero como el plazo no se cumple hasta el día siguiente no lo hará en el de hoy, y se marchó. A continuación tomaron posesión y prestaron juramento de sus cargos don José Espinosa y don Francisco Sánchez, recibiendo el primero de manos de del Regidor saliente don Baltasar de Yegros, la vara de mando.
         Para el siguiente día siete ya se reúne la nueva corporación compuesta de don José Espinosa como Primer Regidor, don Francisco Sánchez Díaz como Segundo Regidor, y don Francisco Pérez, don Mateo Lobo, don Diego Marín, don Bartolomé Mairena, don Feliz Andrade como Vocales. En este día don Francisco Serrano hace constar que acepta el cargo por orden del Sr. Prefecto, pero siempre y cuando no le perjudique en la solicitud que tiene entablada para que se le exonere del mismo. Aceptada esta protesta jura el cargo y queda como Corregidor Municipal.
         Andrés Marín Hidalgo también inicia su propio procedimiento para quedar libre de la obligación de formar parte de la Junta Municipal de Cártama, y para ello expone el señor Prefecto de Málaga documentación que acredita tener sesenta años y padecer dolencias derivadas de accidentes que le tienen lastimado de la cintura que le impiden andar sin dolor. El diez de febrero que da exonerado y en su lugar es elegido José Campoo.
         Don Baltasar de Yegros consigue quedar libre de su cargo el 28 de febrero, también por expediente de exoneración que él mismo inició. En su lugar resultó elegido Manuel Hidalgo que toma posesión de su cargo el nueve de marzo.
         Seguidamente fie don Bartolomé Mairena el que consiguió ser exonerado de su cargo electo el dos de marzo, y en su lugar para sustituirlo fue elegido Juan García.
         El seis de marzo es don Mateo Lobo el que declara hallarse cada día más grabado con la falta de vista, lo que le dificulta el cumplimiento de su empleo, habiendo sufrido ya varias caídas peligrosas, lo que unido a su avanzada edad, que supera los sesenta años, le imposibilita para cumplir con el empleo para el que ha sido elegido, por lo que solicita se le exonere del mismo. El siete de abril consigue ser exceptuado y en su lugar es elegido don Eusebio Guerrero.
        El 4 de abril el Sr. Prefecto de la Provincia envía un oficio a Cártama para que se releve de su empleo de Corregidor a don Francisco Serrano que lo había solicitado; a pesar de no haberle llegado la solicitud firmada por todos los miembros del Cabildo, manda se nombre a otra persona en su lugar que resulto ser elegido don José Espinosa, quedando el Cabildo municipal compuesto por los siguientes señores:
                                    Corregidor – don José Espinosa.
                             Primer Regidor – don Francisco Sánchez Días.
                          Segundo Regidor – don José Campoo.


                                            LA BANDA DE CARVAJAL.

         Fue la Banda de Carvajal una de las más significativas. Aunque entre sus zonas de operaciones predominaba la de Cártama, no podemos decir que fuese natural de aquí, porque no hay pruebas que lo demuestren.
         Esta partida trabajaba con la complicidad de Ballesteros, y este le había agregado uno de sus lugartenientes, llamado Bartólo; los cuales sabemos que el 18 de diciembre de 1811 eran sorprendidos en Álora por las tropas francesas que los dispersa
         Pero el 26 de diciembre es descubierto por las declaraciones de un prisionero de esta banda llamado Miguel Carrasco, natural de Coín; un depósito de armas y municiones que se guarda en un cortijo cerca de Cártama.
         90 hombres salieron de noche de Málaga, para llegar a este cortijo al amanecer. Pero los centinelas españoles descubrieron la operación en el último momento, y les dio tiempo a salir huyendo abandonando incluso sus caballos ya equipados.



jueves, 11 de septiembre de 2014

MÁLAGA BAJO LA AMENAZA FRANCESA.

         Cuando Bonaparte pone en España sus ojos encuentra un país en la miseria por culpa de calamidades y mal gobierno, un gobierno sumido en enfrentamientos internos por el poder, incapaz de administrar un país, situación que quiso aprovechar el francés para apoderarse de él. Pero no se esperaba que a pesar de la penosa situación el pueblo se opusiese a la invasión de forma tan patriótica, cuyo mejor ejemplo fueron los históricos acontecimientos del 2 de mayo de 1808.
         La revuelta madrileña del 2 de mayo de 1808 rompió la alianza con Francia que se había impuesto desde la Paz de Basilea. España estaba regida por un régimen tradicional, muy distinto de los aires modernizadores que impulsaba Napoleón. El pueblo llano, ignorante y apegado a las antiguas costumbres, odiaba a los soldados extranjeros, que nada hacían por ganarse simpatías y actuaban con una insoportable soberbia.
         Para entonces Carlos IV se había visto obligado a abdicar a favor de su hijo, que ocupo el trono con el nombre de Fernando VII. Padre e hijo se habían desplazado a Bayona dejando en Madrid una Junta de Gobierno en manos de Joaquín Murat, jefe de las tropas francesas.
         Mientras las clases superiores y las autoridades contemplaban tranquilamente los acontecimientos, en Madrid se alzaron personas comunes, que se encontraban en la ciudad pero procedían de todo el país.
        
         Málaga se alzó en armas contra el invasor francés el 30 de mayo. Don Teodoro Reding, que era a la sazón Gobernador de Málaga, creó un cuerpo de ejército para mantener el orden en la ciudad, y que luego marcharía a sus órdenes a la batalla de Bailen, compuesto de:
         un cuerpo de milicias;
         una compañía de cazadores;
         otra de artillería y

         un escuadrón de caballería.
         Bajo estas circunstancias destacó un personaje bastante relacionado con Cártama; se trata del Teniente Coronel don Cristóbal María Rubión Jiménez de Guzmán, Caballero de la Real Maestranza de Ronda y Visitador general de Caballería del Reino, el cual solicito a la Junta de Gobierno de Málaga la creación de un escuadrón de 150 jinetes denominado “Voluntarios Nacionales de Málaga”, en él sólo podían ingresar vecinos honrados y de buena conducta, que debían jurar sacrificar sus vidas y haciendas bajo las ordenes de la Real Junta de Gobierno de Málaga; debían presentarse a partir del día 24 de junio de 1808 en la casa del que sería su Comandante, don Cristóbal María Rubión, en calle Carreterías esquina con Ollerías; con armas, caballo y uniforme propio, y caso de carecer de algo se les facilitarían los medios para adquirirlo.
                                
         

         En un principio sus funciones eran hacer guardias en la ciudad, conducir y entregar documentos importantes, asegurar el respeto a la justicia, vigilar y combatir avances enemigos, defender la costa del contrabando y perseguir desertores y malhechores dentro y fuera de la población, “hasta restituir al Trono á nuestro Monarca el Señor Don Fernando VII, bajo el Patrocinio de María Santísima de la Victoria y de los Santos Mártires Ciriaco y Paula, que debían ser sus Patronos”; para lo que serian adiestrados en el manejo de las armas y el caballo. Debían velar por el honor, libertad e independencia de la Nación, la tranquilidad pública, el buen orden civil, respeto a los Magistrados, amor al Soberano y defensa de la Religión y la Patria; quedando obligados a obedecer las órdenes del Magistrado que representase a Fernando VII.
         El escuadrón de 150 jinetes se dividiría en tres compañías de 50 voluntarios cada una, con un Capitán primero, un Capitán segundo, un Teniente, un Alférez, un Sargento primero, dos segundos, cuatro cabos y un trompeta cada una. La plana mayor la compondría el Comandante, un Sargento mayor, un Ayudante primero, dos segundos, un Capellán de honor, un Albéitar y un Picador. Sus funciones durarían el tiempo que durase la guerra actual.
         El uniforme consistiría en casaca corta encarnada, vuelta, solapa y collarín negro con vivos blancos, calzón, pantalón y chupín anteado, media bota, botones dorados, león de oro grabado en el cuello de la casaca, sombreo redondo doblada el ala izquierda, con presilla de galón de oro, escarapela y plumaje encarnado, armas, espada, pistolas, canana negra con ocho cartuchos, y los voluntarios llevarían la distinción de un cordón de oro al hombro izquierdo.
                                                      

         El estandarte del Cuerpo se componía de tres armas grabadas, las de Castilla, las de la ciudad de Málaga y la efigie de los santos mártires sus patronos.
         Don Cristóbal María Rubión contrajo matrimonio con doña María del Carmen Pizarro Despital, cuando esta se encontraba viuda y dadas las propiedades que sus padres y abuelos habían poseído en Cártama, zona de Valdeurracas, deducimos que tenían casa solariega dentro del pueblo, a ello hay que sumar que fallecido el Teniente Coronel el 4 de febrero de 1825, se le dio sepultura dentro de la iglesia parroquial, donde hasta hace posos años se ha podido ver su lápida sepulcral.
         Sin embargo, no hace ninguna mención a estas circunstancias ni a sus posesiones en Cártama doña María del Carmen Pizarro, cuando ya viuda del Capitán Cristóbal María Rubión, otorga testamento en Málaga el 24 de mayo de 1932.
                                                   
Lápida sepulcral.